Porque muchas veces necesitamos dejar la duda sobre lo que decimos. Muchas veces la gente no ha de saber si estás bien o si estás mal. Muchas veces te tienes que callar, es mejor, porque, quieras o no, nunca puedes estar feliz. Hay días que es mejor llorar que reír, estar triste que sonreír. Muchas veces, no podemos pintar nuestra cara con una bonita sonrisa para dedicar a nuestra persona amada y tenemos que quedarnos con el labio torcido y con lagrimas resbalando por nuestras mejillas. Muchos dirán que son lágrimas de cocodrilo, otros que no hay porque llorar, pero, yo, personalmente creo que llorar no muestra que seas débil, demuestra que eres valiente ya que lloras pese a lo que los demás puedan pensar de ti. No te importa, no te interesa en lo más mínimo lo que los demás piensen. Tu, simplemente muestras tus sentimientos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario